MUSA (Mapa Urbano Sonoro en Acción) se diseña con el objetivo de contribuir a la construcción de identidades colectivas de barrios y lugares diversos mediante la creación de imaginarios sonoros colectivos.
Los barrios en los que vivimos son mucho más que el espacio donde se desarrolla nuestra vida cotidiana, tiene una identidad que nosotros en cuanto habitantes y sujetos activos contribuimos a crear desde nuestra acción y nuestra mirada. Esta contribución es recíproca, nuestra identidad también se configura desde el barrio como espacio de relación, nos dota de una historia común con quienes nos son contemporáneos, y con quienes nos antecedieron.
La memoria, la historia oral de quienes viven en estos lugares es un instrumento indispensable para entender estos procesos, y que no solo se refiere al pasado, también nos puede hablar del futuro. Por esta razón, buscamos “radiografiar” al barrio a través de sus posibilidades sonoras para recrear, desde la oralidad, esa identidad colectiva que construyen día a día.
Buscamos que los barrios nos hablen y nos cuenten, a través de voces diversas, de sonidos propios, cuáles son los deseos, necesidades y gustos de quienes lo habitan. En definitiva, configurar un mapa informativo que trascienda lo virtual y genere vínculos y fortalezas en la comunidad donde se ubique y que sirva como elemento de cohesión cultural y social, de participación en sus entornos y barrios.
MUSA Y LA DOMESTICIDAD AUMENTADA
Paulatinamente, a lo largo de la historia, se han ido incorporando a los espacios de lo doméstico otros requisitos que van más allá de las necesidades vitales básicas, como son la confianza, los cuidados o el sentido de pertenencia. Habitualmente se ha asociado la domesticidad a lugares de intimidad, dotándolos de aspectos emocionales relacionados con nuestra cotidianidad. Se trata de espacios que definen, funcionalmente, todos los estilos de vida y en los que la concepción del tiempo hace que se diluyan sus límites. Podría decirse que lo doméstico no es una cualidad espacial, sino una característica emocional y funcional que trasciende los límites físicos de la vivienda, expandiéndose a todos aquellos espacios, públicos y privados, en los que se desarrollan acciones ligadas a otros modelos de libertad e intimidad.
Lo doméstico se aleja cada vez más de lugares fijos, generando un espacio continuo, tanto físico como virtual, de situaciones y actividades que reconfiguran constantemente la concepción de los nuevos modos de vida. La aparición de comunidades virtuales, que expanden aún más el concepto de domesticidad, ha dado lugar a una nueva configuración de los vínculos emocionales, ya sean familiares o laborales, redefiniendo el uso tradicional de los espacios de lo doméstico, transformando la privacidad de la vivienda en un lugar tan público como lo es la ciudad, y viceversa, y dando lugar a una domesticidad aumentada cuyo objetivo único es tan ancestral como lo es la búsqueda de identidad.
Un proyecto desarrollado en el marco del Banco de Proyectos del Instituto de la Cultura y las Artes del Ayuntamiento de Sevilla (ICAS)
MUSA (Mapa Urbano Sonoro en Acción) se diseña con el objetivo de contribuir a la construcción de identidades colectivas de barrios y lugares diversos mediante la creación de imaginarios sonoros colectivos.
Los barrios en los que vivimos son mucho más que el espacio donde se desarrolla nuestra vida cotidiana, tiene una identidad que nosotros en cuanto habitantes y sujetos activos contribuimos a crear desde nuestra acción y nuestra mirada. Esta contribución es recíproca, nuestra identidad también se configura desde el barrio como espacio de relación, nos dota de una historia común con quienes nos son contemporáneos, y con quienes nos antecedieron.
La memoria, la historia oral de quienes viven en estos lugares es un instrumento indispensable para entender estos procesos, y que no solo se refiere al pasado, también nos puede hablar del futuro. Por esta razón, buscamos “radiografiar” al barrio a través de sus posibilidades sonoras para recrear, desde la oralidad, esa identidad colectiva que construyen día a día.
Buscamos que los barrios nos hablen y nos cuenten, a través de voces diversas, de sonidos propios, cuáles son los deseos, necesidades y gustos de quienes lo habitan. En definitiva, configurar un mapa informativo que trascienda lo virtual y genere vínculos y fortalezas en la comunidad donde se ubique y que sirva como elemento de cohesión cultural y social, de participación en sus entornos y barrios.
MUSA Y LA DOMESTICIDAD AUMENTADA
Paulatinamente, a lo largo de la historia, se han ido incorporando a los espacios de lo doméstico otros requisitos que van más allá de las necesidades vitales básicas, como son la confianza, los cuidados o el sentido de pertenencia. Habitualmente se ha asociado la domesticidad a lugares de intimidad, dotándolos de aspectos emocionales relacionados con nuestra cotidianidad. Se trata de espacios que definen, funcionalmente, todos los estilos de vida y en los que la concepción del tiempo hace que se diluyan sus límites. Podría decirse que lo doméstico no es una cualidad espacial, sino una característica emocional y funcional que trasciende los límites físicos de la vivienda, expandiéndose a todos aquellos espacios, públicos y privados, en los que se desarrollan acciones ligadas a otros modelos de libertad e intimidad.
Lo doméstico se aleja cada vez más de lugares fijos, generando un espacio continuo, tanto físico como virtual, de situaciones y actividades que reconfiguran constantemente la concepción de los nuevos modos de vida. La aparición de comunidades virtuales, que expanden aún más el concepto de domesticidad, ha dado lugar a una nueva configuración de los vínculos emocionales, ya sean familiares o laborales, redefiniendo el uso tradicional de los espacios de lo doméstico, transformando la privacidad de la vivienda en un lugar tan público como lo es la ciudad, y viceversa, y dando lugar a una domesticidad aumentada cuyo objetivo único es tan ancestral como lo es la búsqueda de identidad.
Un proyecto desarrollado en el marco del Banco de Proyectos del Instituto de la Cultura y las Artes del Ayuntamiento de Sevilla (ICAS)
